Las voces corren y los rumores también. El éxodo del técnico de la selección absoluta de Venezuela al exterior es un hecho y su sustitución comienza a sonar en los pasillos del fútbol.
César Farías se va para México al Club Cholos de Tijuana quienes hicieron la mejor oferta económica y deportiva por el entrenador. Sin concluir el contrato, el timonel de la Vinotinto sólo tiene que oficializar a través de la Federación Venezolana su partida y lo más importante su desvinculación el once Nacional.
¿Por qué siempre las cosas deben ser al revés?, creo que resultaba más elegante y conveniente para todo el caliente ambiente futbolístico venezolano que primero Farías renunciase , si prefería buscar otras tierras para trabajar, y después conversara, escuchara ofertas y aceptara condiciones. Pero asegurar el banquillo en otro lado, aún diciendo que no quería irse y pretendía la continuidad con el seleccionado es un tanto enredado y personalista.
Dicen que ha sido la FVF que cambió de ratificar tajantemente al técnico, a crear dudas en medio de la incertidumbre y el silencio. Probablemente los espías del máximo organismo del balompié nacional conocían con anterioridad las posibilidades del puesto vacante, eso nunca lo sabremos, porque a la prensa nunca se le comunicó decisiones producto del fracaso de no clasificar al mundial.
Mientras se asomaban nombres de sustituciones en varios países de la Conmebol justo al sentirse el pitazo final de la eliminatoria, aquí se afirmaba la continuidad o se ejercía un silencio sepulcral, quizás por miedo a la crítica o porque ya se tiene el nombre del director de nuestra mayor orquesta deportiva.
Ahora, cuando el cambio es un hecho, que seguramente de oficializará esta semana, dos nombres suenan con fuerza para ocupar el puesto: El regreso del experimentado Richard Páez y la juventud renovadora de Eduardo Saragó. Ambos grandes entrenadores, cada uno con sus virtudes y defectos que merecen un análisis más a fondo en otras líneas.
La planificación vuelve a estar en la cuerda floja. Otra vez intentamos al azar adivinar las importantes decisiones en la cúpula de nuestro fútbol, desconociendo si el futuro de la Vinotinto estaba trazado con anterioridad en complicidad entre federativos y Director Técnico.
Lo que no gusta a nadie, es que la Federación espere para tomar medidas y anunciar los cambios, a que César Farías decida su propio futuro profesional como si fuese el niño consentido.
Después de todo, los intereses del país entero en el fútbol son más importantes que los de un solo hombre. Al menos es el deber ser.
Tony Carrasco
@tonyentrevistas